Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y eso es lo que nos ha pasado cuando hemos salido a pasear por el entorno de nuestro alojamiento: ¡nos hemos quedado sin palabras!
El otoño ha desplegado su magia y ha dejado un paisaje maravilloso. Mires hacia donde mires, aparecen óleos pintados por alguien con un sentido del color excepcional. Las hojas de los árboles parecen un muestrario de ocres, los frutos rojos, como el escaramujo, dejan pinceladas de un rojo intenso, de vez en cuando aparece el verde intenso de los pinos y abetos…, todo enmarcado por el fondo azul del cielo otoñal, y el agua que hace posible esta explosión de la naturaleza.
Las hojas nos ofrecen una mullida alfombra sonora, ideal para caminar sin prisa, disfrutando de los olores del campo del sonido del río Tajo y del entorno, y, si miramos bien, de vez en cuando encontramos frutos otoñales como nueces y, con suerte setas.
Y, como decíamos, más vale una imagen, así que, aquí os dejamos unas cuantas… ¡seguro que no puedes resistir la tentación de verlo con tus propios ojos!
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